Afiliados

El objetivo del Club Siempre es acercar el deporte del esquí a personas ciegas y deficientes visuales.

Los socios afiliados más jóvenes forman parte de la escuelita o grupo de esquí de iniciación, mientras que los más avanzados entrenan para competición.

Así es como algunos socios afiliados viven el esquí:

Hugo

Hola soy Hugo tengo 9 años pero empecé a practicar el esquí a los 6 años.
Para mi el Club Siempre significa mucho. De no haber  sido por él, me estaría perdiendo la diversión de esquiar.
El Club Siempre me fortalece de la manera más divertida de hacer deporte.
Me gusta esquiar porque me siento libre, deslizándome por la nieve me siento genial.
Seguiré trabajando para que pueda esquiar perfectamente, y en mi opinión, el Club es perfecto y espero que siga con las puertas abiertas para la gente que quiera esquiar.
Espero empezar pronto la temporada, ¡me muero de ganas!
Los compañeros me parecen excelentes y me gusta compartir con ellos la sensación de ser libre.
Los guías se puede decir que son verdaderos y muy entrenados guías ya que son los mejores que me hubieran podido guiar jamás.Espero que nos veamos pronto en la superficie de la blanca, fría y lisa nieve , moviéndonos libres en el esquí del Club Siempre.

Rafa

Soy un hombre, de 44 años. A los 26 años, mas o menos, se me empezó a apagar la luz. De forma progresiva, lenta pero sin pausa.
A lo largo de estos años, he dejado de conducir, montar en moto, jugar al fútbol, ir al cine o a un concierto… Pero hay una cosa que puedo realizar a mi máximo nivel. Esquiar. Ahí se me enciende la luz.
Si es verdad que necesito un guía para que me lleve por zonas limpias de gente y mantenerme en pista. Pero me lleva a mi límite técnico, no visual. Cosa que no me pasa en cualquier otro ámbito deportivo o cotidiano. Y es una liberación.
La sensación es tan gratificante, paso de andar con cuidado por la calle de no llevarme por delante un niño o un anciano o chocarme con un banco o un dichoso bolardo, paso a ponerme los esquís, y con mis limitaciones ya descritas, paso a ser uno más. Descender a toda velocidad, deslizarme siguiendo de dos formas al guía, con mi resto visual y sus indicaciones por voz, me hacen olvidar totalmente las preocupaciones cotidianas y diarias. Y me siento como si volviese a conducir, a montar en moto, jugar al futbol…
Y el club Siempre me ha dado esa luz. Club deportivo de esquí para deficientes visuales.
Además, me ha dado algo que nunca experimenté ni lo hubiese imaginado. La competición a nivel nacional. Menuda experiencia. Competición en un entorno maravilloso, la montaña. Naturaleza y buenísima gente. Todos siempre dispuestos a arrimar el hombro, siempre con el máximo respeto. Eso si, cuando cruzas la línea de salida, y hasta la meta, solo existe mi guía y yo. Cuando cruzas la meta, todos muy contentos porque cruzarla ya es un logro.
¿Cómo trabajo con mi guía? Esto se va modelando con el paso del tiempo, según mis necesidades. Pero si me ponen un guía por primera vez, con mi resto visual le diría que necesito que me diga cuándo va a girar, si hay un tramo con un gran desnivel, si hay hielo o una montonera de nieve, que desacelere o acelere, etc… Y todo ello, el guía tiene que procurar llevarme por zonas que no haya mucha gente para que no nos crucemos, y el trabajo del guía sea más fácil.
Ya en competición la cosa se complica un poco más. Ya no hay gente, solo yo y el guía, y unas puertas colocadas según la disciplina que se dispute. En mi caso, slalom o gigante. Aquí el guía me va indicando además del estado de la nieve y de cuando girar, las figuras técnicas de las puertas que se avecinan que pueden ser, una doble o una triple, o una directa. Todo ello me vale para anticiparme a los movimientos que se me avecinan.
Desde aquí, dar gracias además de a mi guía, a todos los guías que hacen posible que gente como yo, podamos disfrutar de este hermoso deporte. Que no están solo cuando descendemos por las pistas. También están ahí fuera de las pistas y nos hace la vida mucho mas fácil. Gracias